lunes, 30 de diciembre de 2013

¡Felices Fiestas!



Aunque ya llevamos unos días "metidos en faena", no quería que llegara el 2014 sin desearos a todos felices fiestas y que el año que está a punto de empezar sea mejor que el que ya termina. 

Me despido con este vídeo de una entrañable máquina de Rube Goldberg. Me fascinan estas máquinas tan absurdamente sofisticadas, que desbordan imaginación para realizar una tarea muy sencilla de una manera muy complicada. Tienen algo de mágico que resulta muy apropiado para estas fechas.

Ya os aviso que el año que viene empieza fuerte. Además de cerrar la XXVII Edición del Carnaval de Biología, empalmaremos con la organización de mi querido Carnaval de la Física durante el mes de enero. 

Nos vemos por aquí...si os parece bien.


martes, 17 de diciembre de 2013

Gravity, la película

(Esta entrada se publicó primero en el número 7 de la revista Buk Magazin, que puedes leer online. Para quien no haya visto la película, esta entrada contiene algún pequeño spoiler.)



Dejemos una cosa clara: Gravity, dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón, es una gran película. Trepidante y angustiosa. Una de las que mejor refleja la realidad del astronauta. Un espectáculo visual que hay que disfrutar en pantalla grande y, a ser posible, en 3D. Una película en la que –nunca pensé que diría esto- hasta Sandra Bullock está bien. Muy bien.


Pero claro, también es una película de temática espacial, y en los últimos años no hay película de este género que no cometa diversas pifias desde el punto de vista científico. ¿Será Gravity una más o se habrán preocupado de cuidar este aspecto?

Repasemos brevemente el argumento. La película narra la historia de dos astronautas, Ryan Stone y Matt Kowalsky (Sandra Bullock y  George Clooney, respectivamente), que forman parte de la misión STS-157 del transbordador Explorer, cuyo objetivo es reparar el telescopio espacial Hubble. Todo se complica cuando, a punto de terminar la misión, les sorprende una lluvia de fragmentos causados por la explosión de un satélite ruso.  


Una de las cosas que me ha chocado es que el telescopio Hubble, la Estación Espacial Internacional (ISS) y la estación china Tiangong se ven en el mismo plano. Primer error de bulto: el Hubble se encuentra a 563 km de altitud, la ISS a 370 km y la Tiangong a unos 355 km. No sólo es que estén a diferente altura (y, por tanto, se muevan a distintas velocidades), sino que sus órbitas tienen diferente inclinación. En la realidad sería imposible pasar de una a otra usando una simple mochila propulsora, ni siquiera con una nave Soyuz. Incluso para el George Clooney de turno.


Luego está la escena en la que Clooney suelta la correa del paracaídas que sujeta Bullock y se aleja sin remedio. Podríamos imaginarnos la misma escena con los mismos protagonistas en lo alto de un edificio, aquí en la Tierra, con la fuerza de la gravedad tirando hacia abajo. Pero resulta que allá arriba están en gravedad cero. Eso significa que no hay ninguna fuerza neta que tire de Clooney. Ambos protagonistas están en reposo. Un simple tirón por parte de Sandra Bullock hubiese puesto fin a esta dramática escena.


A pesar de estos dos errores de bulto y otros detalles menores, la película es bastante realista. Aunque el argumento pueda parece de ciencia-ficción, lo cierto es que la basura espacial es un problema cada vez más grave de la órbita terrestre; la ISS ya ha tenido que hacer una decena de maniobras en los últimos años para esquivar trozos de chatarra. Por otro lado, el nivel de detalle de los vehículos espaciales es increíble, tanto por fuera como por dentro. (Los manuales de vuelo que consulta la Bullock en la Soyuz, por ejemplo, existen realmente.) También llama la atención las fabulosas vistas de nuestro planeta, con auroras, puestas y salidas de sol y las luces de las ciudades. Nada que envidiar a las espectaculares imágenes que toman los astronautas desde la ISS. Y el silencio que lo rodeo todo, convertido en un protagonista más. Porque como se dice al principio de la película, “A 600 kilómetros sobre el planeta Tierra no hay nada que transmita el sonido”.


En definitiva, con sus aciertos y sus fallos, Gravity es la prueba de que se puede hacer buen cine y tener un mínimo rigor científico.


jueves, 12 de diciembre de 2013

La danza de la Tierra y la Luna

Imagínate por un momento que estás al mando de una nave espacial, moviéndote a más de 14.000 kilómetros por hora (casi cuatro kilómetros por segundo). Imagínate también que a esa increíble velocidad te acercas a nuestro planeta y lo pasas de largo. ¿Te gustaría saber lo que se siente? Pues esto:



Estas imágenes fueron grabadas por la sonda espacial Juno, cuando sobrevoló nuestro planeta rumbo a Júpiter el pasado 9 de octubre. Como explican desde la NASA, la propia sonda estaba girando un par de veces por minuto mientras se acercaba a la Tierra. Para no marear al espectador, cada una de las imágenes del vídeo fueron captadas en el mismo instante que la cámara apuntaba a la Tierra. Luego se enviaron a la NASA, donde se procesaron y montaron. 

Está previsto que Juno llegue a Júpiter en julio de 2016 y que su misión ayude a los científicos a conocer mejor la estructura interna, la atmósfera y la magnetosfera del gigante joviano.



lunes, 9 de diciembre de 2013

Ampliación de la XXVII Edición del Carnaval de Biología


¡Grandes noticias! Después de hablar con @Raven_neo, el coordinador del Carnaval de Biología, hemos decidido ampliar la XXVII Edición del Carnaval de Biología hasta el 31 de diciembre. Y para no caer en la monotonía, también hemos querido introducir una pequeña variación. Como el tema propuesto inicialmente, la biología y los Premios Nobel, no ha tenido mucho éxito y solo un servidor se atrevió con él (ya os vale), me voy a poner duro. Como alternativa hasta el final de la presente edición, y teniendo en cuenta las fechas que se acercan, se propone el tema "la biología y la Navidad". Tampoco hace falta estrujarse mucho el coco, con una foto como la de más abajo sería suficiente. El caso es divulgar la biología con un toque navideño. Sí, lo sé, es tan diabólico como poco original...Vosotros lo habéis querido.

Árboles de DNA navideños en "copos" de agua (fuente)

Os remito a la entrada de presentación de esta edición que acabo de actualizar con las novedades, y en la que se seguirán incluyendo todas las aportaciones que vayan llegando.


domingo, 1 de diciembre de 2013

Otto Heinrich Warburg y los pilares de la bioquímica

(fuente)

Si el edificio de la ciencia se construye bajo la dirección de unos pocos arquitectos y el esfuerzo de muchos peones, el fisiólogo alemán Otto Heinrich Warburg pertenece al reducido grupo de los primeros.

Warburg nació el 8 de octubre de 1883 en Friburgo de Brisgovia. Su padre, Emil Warburg, fue uno de los físicos más destacados de su generación: catedrático de física experimental en Friburgo y en Berlín, más tarde fue elegido presidente del Instituto Técnico-Físico berlinés. Otto Heinrich estudió en el instituto de segunda enseñanza de su ciudad natal, donde empezó sus estudios de química, terminándolos en Berlín en 1906 bajo la dirección del gran Emil Fischer, premio Nobel de Química cuatro años antes. Una vez completados, pasó a Heidelberg para estudiar medicina con Ludolf von Krehl, otro distinguido físico y autor del clásico Fisiología Patológica. Warburg dijo una vez, refiriéndose a las tres personas que acabamos de citar, que había tenido los tres mejores maestros de su tiempo.

Desde su época de estudiante, Warburg demostró una enorme ambición, no tanto por alcanzar puestos importantes, sino por realizar grandes descubrimientos. En concreto, sus mayores esfuerzos se centraron en encontrar una cura para el cáncer. Aunque no empezó a trabajar en ello hasta principios de la década de 1920, se puede decir, visto en retrospectiva, que sus trabajos iniciales sirvieron de preparación para su ataque frontal a esta terrible enfermedad.

Su primera gran aportación a la ciencia, publicada en 1908, está relacionada con el consumo de oxígeno durante el crecimiento celular. Warburg fue capaz de demostrar que el huevo de erizo de mar multiplicaba por seis su consumo de oxígeno al crecer. La elección del erizo de mar no fue casual, ya que en él la proporción de materia viva comparada con la masa de la yema superaba a la mayoría de animales. Además, el desarrollo del huevo fecundado es muy rápido, lo que facilitaba la investigación. (La relación de este descubrimiento con el cáncer es evidente: cuando una célula normal se vuelve cancerosa, crece descontroladamente; llegado el momento, Warburg intentaría comprobar si las células cancerosas aumenten su consumo de oxígeno).

Un huevo de erizo de mar, justo después de ser fertilizado (fuente)

El científico alemán siguió acumulando méritos. En 1912 advirtió la existencia de una enzima respiratoria activadora del oxígeno, descubrió que era inhibida por el cianuro y llegó a la conclusión de que el hierro debía jugar un papel esencial en la respiración. Todos estos logros le abrieron las puertas del Kaiser Wilhelm Institute, donde llegó en 1913, cuando contaba con treinta años.

Una de las grandes virtudes de Warburg fue su convicción de que toda materia viviente obedecía las leyes de la física y la química, una visión que ahora parece evidente pero que cuando él empezó no era aceptada por la mayoría. Siempre buscó el procedimiento experimental más simple, ya que “con procedimientos experimentales complicados nunca hemos descubierto nada esencial”. Para ello desarrolló novedosas técnicas, como la de realizar cortes finos de tejido animal o vegetal para estudiar su metabolismo, de tal manera que las células permanecían intactas. Este método produjo resultados más fiables que las prácticas alternativas de cortar y picar los tejidos en trozos, como puso de manifiesto con su investigación del erizo de mar. Warburg también mejoró una gran cantidad de aparatos, como el manómetro que lleva su nombre, que usó para analizar la producción y el consumo de oxígeno y dióxido de carbono de los tejidos vivos. Gracias al manómetro de Warburg, el científico alemán descubrió la transferencia de oxígeno en la respiración, aisló la llamada enzima amarilla de la levadura (una flavoproteína) y puso de manifiesto el mecanismo químico de la fermentación. 

Warburg también estudió la fotosíntesis de las plantas y demostró la gran economía de este proceso en el cual, absorbiendo la energía de la luz, el ácido carbónico y el agua se convierten en azúcar y oxígeno. En lugar de las tradicionales hojas verdes, fue el primero en utilizar Chlorella, un género de algas unicelulares, para sus estudios sobre la fotosíntesis, poniendo de manifiesto su extraordinaria eficacia a la hora de aprovechar la luz. Desde entonces, y durante décadas, una gran parte de los trabajos científicos en este campo se realizaron con Chlorella.

Una vista al microscopio de la alga Chlorella (fuente)

Demostró que las células utilizan oxígeno para la creación de energía y que una enzima, la citocromo oxidasa, es vital para la introducción del mismo al interior de la célula durante la respiración celular aeróbica. En 1931 recibió el Premio Nobel de fisiología y medicina por su “descubrimiento de la naturaleza y modo de acción del enzima respiratorio”.

La lucha contra el cáncer
A partir de 1922, el problema del cáncer empezó a ocupar la mayor parte de su tiempo. Su planteamiento consistía en descubrir cuáles eran los cambios bioquímicos que ocurren en un tejido cuando una célula normal, cuyo crecimiento está controlado, se convierte en una célula cancerosa, cuyo crecimiento no tiene restricción alguna. ¿Qué diferencias hay entre el metabolismo de una célula cancerosa y una normal para que esto ocurra? Esta pregunta podía responderse si se conocían las reacciones que proporcionan la energía para el crecimiento anormal de una célula cancerosa. Porque sin energía no puede haber crecimiento.

Warburg, en el laboratorio en octubre de 1931 (fuente)

En sus investigaciones sobre tumores pudo constatar que las células cancerosas no cubren su consumo de oxígeno con la respiración normal, sino que son capaces de vivir y dividirse por simple fermentación, incluso si hay oxígeno en cantidades suficientes para la respiración. Es decir, en vez de desarrollar un proceso de respiración completo, las células cancerosas fermentan como fuente de energía. En los seres vivos, la fermentación es un proceso anaeróbico en el que no interviene la mitocondria ni la cadena respiratoria. Son propias de los microorganismos, como algunas bacterias y levaduras.

Para Warburg este proceso significaba un retroceso evolutivo: cuando desaparece la respiración y aparece la fermentación, desaparece también la diferenciación de tejidos. La fermentación fue el primer proceso energético vital, más tarde sustituido por la respiración de oxígeno, la cual, gracias a su mínimo consumo de materia prima, hizo posible una diferenciación de los seres vivos. La inversión de este proceso en el cáncer significa, por lo tanto, la vuelta a una época primitiva del proceso vital. Además, desde el punto de vista energético, la fermentación es mucho menos rentable que la respiración aeróbica.

Si bien Waburg fracasó en su intento de encontrar una cura al cáncer, sus investigaciones fueron muy valiosas para avanzar en nuestro conocimiento de esta enfermedad. Después de décadas de estudio, Warburg estaba convencido de que el origen del cáncer es una respiración celular defectuosa causada por un daño en las mitocondrias.  Todavía hoy, la llamada hipótesis de Warburg no ha sido ni confirmada ni desmentida.

Un tipo peculiar
Warburg fue un hombre solitario, que nunca se llegó a casar y cuya principal distracción fueron los caballos y los perros. Tenía una rutina muy estricta que repetía a diario. Se levantaba a las 5:30, daba un largo paseo a caballo y a las 08:00 ya estaba en el laboratorio. Salvo un breve descanso para comer, allí permanecía hasta las 18:00. Así durante muchos años. Odiaba estar ocioso y evitaba a toda costa a quienes podían hacerle perder el tiempo. En más de una ocasión despachó a un periodista que se había presentado en su laboratorio diciéndole que “el profesor Warburg no puede ser entrevistado: está muerto. Buenos días.”

Como jefe de uno de los departamentos de investigación del Kaiser Wilhelm Institute, tenía plenos poderes para elegir su línea de investigación y olvidarse de las labores docentes. Nunca las echó de menos, todo sea dicho, pues las consideraba una mera distracción de su tarea investigadora. Cuando en cierta ocasión un colega le comentó la importancia de la enseñanza, Warburg le replicó: “Mira, (Otto) Meyerhof, (Hugo) Theorell y (Hans) Krebs fueron mis pupilos. ¿Acaso no he hecho ya suficiente por la siguiente generación?” (Los tres científicos trabajaron con Warburg en Berlín y los tres recibieron el Premio Nobel de Medicina).

A pesar de que su padre era judío, durante la Segunda Guerra Mundial pudo continuar trabajando en su país, en parte por su prestigio como Premio Nobel, en parte porque su trabajo de investigación en el Instituto se consideraba muy valioso. Göring se las arregló para que se le declarase que solo era judío “en un cuarta parte” y se sabe que otro alto oficial nazi lo protegió en varias ocasiones cuando fue denunciado por haber criticado al régimen. Incluso se rumorea que fue el mismísimo Hitler quien quiso mantenerlo en Alemania por si su trabajo contra el cáncer acababa dando frutos.

En sus últimos años de vida se obsesionó con la dieta. Comía todo lo que podía de su propio huerto, que agrandó hasta ocupar la mayor parte de su finca. Prohibió el uso de fertilizantes y pesticidas en su huerto. Y cuando necesitaba leche, la obtenía directamente de un rebaño, la centrifugaba en su laboratorio y la convertía en nata y mantequilla.

A pesar de su avanzada edad, siguió publicando con regularidad unos cinco artículos por año. Nunca se llegó a retirar, pues le concedieron un permiso especial para que continuara trabajando, en reconocimiento a su carrera. Así lo hizo hasta que cierto día, a finales de julio de 1970, se sintió indispuesto y se quedó en casa. Le empezó a doler la misma pierna que se había fracturado un año antes, al caerse de una escalera. Le diagnosticaron una grave trombosis. Warburg permaneció en casa, leyendo y escribiendo, hasta que el 1 de agosto se sintió especialmente débil. Esa misma noche, una embolia pulmonar acabó súbitamente con su vida. Tenía 87 años y llevaba más de sesenta dedicado por completo a la investigación.

La tumba de Warburg en el cementerio Dahlem, en Berlín (fuente)

NOTA: Esta entrada participa en la XXVII Edición del Carnaval de Biología que se organiza en este blog, La Aventura de la Ciencia. También participa en la VIII Edición del Carnaval de Humanidades que organiza Marta Macho en ZTFNews.org.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Nobel Lectures, Physiology or Medicine 1922-1941. Elsevier Publishing Company, Amsterdam,1965.
  2. Otto Heinrich Warburg. 1883-1970. Hans A. Krebs, Biographical Memoirs of Fellow of the Royal Society, 1972.
  3. Premios Nobeles Alemanes, Armin Hermann (edición). Ed. Heinz Moos, 1968. 

sábado, 16 de noviembre de 2013

Las apuestas de Stephen Hawking

(Esta entrada apareció publicada en el número seis de la revista Buk Magazin, que puedes leer online.)

Stephen Hawking, en Los Simpsons (fuente)

El físico inglés Stephen Hawking es uno de los científicos más importantes y famosos de la actualidad. No sólo por su trabajo en cosmología, estudiando el Big Bang y los agujeros negros, sino también por su labor divulgativa; sus libros han vendido millones de ejemplares en todo el mundo. La imagen de Hawking, que está postrado en una silla de ruedas y habla a través de un ordenador desde hace décadas, es ya un icono popular que ha trascendido de los círculos científicos.

Lo que no es tan conocido es que a Hawking le encanta hacer apuestas con sus colegas sobre asuntos científicos, aunque a la vista de los resultados hay que reconocer que no se le da tan bien como la física teórica. Ya en 1975, Hawking apostó contra Kip Thorne que la fuente de rayos X Cygnus X-1 no contenía un agujero negro. En caso de ganar, Thorne conseguiría una suscripción anual a la revista Penthouse, mientras que si Hawking tenía razón obtendría una suscripción a la revista satírica Private Eye durante cuatro años. En esta ocasión podríamos decir que Hawking se cubrió las espaldas. Como él mismo explica en su famoso libro Historia del Tiempo, sería una desgracia para él si los agujeros negros no existiesen, después de todo el tiempo que les ha dedicado. En tal caso, al menos tendría el consuelo de ganar la apuesta y disfrutar de Private Eye. La apuesta todavía tiene que resolverse, aunque los científicos están seguros al 99 por ciento de que Cygnus X-1 contiene un agujero negro.

El original de la apuesta sobre Cygnus X-1 (fuente)

De nuevo Thorne, junto con John Preskill, fue el protagonista de la siguiente apuesta de Hawking en 1991. Hawking aseguraba que nunca podríamos observar directamente un agujero negro, porque nada puede escapar de él, ni siquiera la luz. Sin embargo, en 1997 se demostró matemáticamente que, bajo determinadas circunstancias concretas y muy improbables, seríamos capaces de ver el corazón de un agujero negro, un punto infinitamente pequeño con una densidad infinitamente grande. Esto es lo que se conoce en el argot como una singularidad desnuda. Hawking aceptó a regañadientes que había perdido y pagó los 100 dólares a sus colegas. También tuvo que imprimir camisetas con un eslogan admitiendo la derrota. Hawking escogió “La Naturaleza aborrece las singularidades desnudas”, lo que en parte también era una reivindicación de su punto de vista.

Representación artística de un agujero negro (fuente)

Ese mismo año, Thorne cambió de bando y se alió con Hawking, apostando ambos contra Preskill que un agujero negro destruye para siempre toda la información que cae en él. Preskill, en cambio, creía que existe un mecanismo por el que esa información sí se podría recuperar. Por increíble que resulte, se ha demostrado que Preskill tenía razón: existe un proceso, que irónicamente el propio Hawking demostró, por el cual un agujero negro se evapora muy lentamente, y al hacerlo emite parte de esa información que se daba por perdida. En 2004 Hawking hizo entrega de su regalo a Preskill, una enciclopedia de béisbol. Según el contenido de la apuesta, “el perdedor debía pagar su deuda con la enciclopedia que eligiera el ganador, de la que la información se puede recuperar cuando se desee”.

Preskill, recogiendo su enciclopedia de béisbol (fuente)

Hace algo más de una década, en 2000, Hawking se jugó cien dólares con el físico estadounidense Gordon Kane a que nunca se encontraría el bosón de Higgs, la elusiva partícula del modelo estándar que daría masa al resto de partículas elementales. Después de años de búsqueda, el LHC del CERN confirmó oficialmente su descubrimiento el verano de 2012. Poco después, Hawking admitía su derrota con un lacónico “parece ser que he perdido 100 dólares”, a la vez que felicitaba a los científicos del CERN.


Todo esto no desmerece la enorme labor científica de Hawking, eterno aspirante a premio Nobel y capaz por sí solo de cambiar nuestra visión del Universo. Otra cosa es que ésta sea la última apuesta que pierda... ¿Te juegas algo? 

jueves, 7 de noviembre de 2013

Presentación de la XXVII Edición del Carnaval de Biología


Ciertamente, es algo difícil de entender. Un blog con casi tres años de vida, que siempre ha intentado participar en todos los Carnavales habidos y por haber, ¡y que todavía no hubiese organizado el Carnaval de Biología! Lo dicho...imperdonable.

Pero, como dice el dicho popular, más vale tarde que nunca. Por eso es una enorme alegría anunciaros que, desde el día de hoy, 7 de noviembre de 2013, y durante todo el mes, La Aventura de la Ciencia va a ser el anfitrión de la XXVII Edición del Carnaval de Biología. Un verdadero lujo que durará hasta el domingo 1 martes 31 de diciembre, día de fin del Carnaval, a lo que le seguirá una entrada a principios de la semana siguiente esa misma semana con el resumen de todas las participaciones de los blogueros. 

Como el anfitrión puede sugerir un tema, en esta ocasión me gustaría proponer "la biología y los Premios Nobel". Como alternativa al ampliarse la edición se plantea también el tema "la biología y la Navidad".

Seguro que los habituales conocen muy bien las normas, pero nunca está de más volver a recordarlas:
  • La participación es libre, desde el propio blog o como autor invitado en el blog de un amigo, familiar, etc., también solicitándolo al anfitrión de turno del Carnaval de Biología.
  • Cada mes, el blog anfitrión anunciará el inicio del carnaval indicando la fecha de comienzo (se recomienda que sea la misma que la del anuncio y la fecha de fin del mismo, preferiblemente a finales de cada mes).
  • La temática será libre pudiendo ser de cualquiera de los muchos campos dentro de la biología: evolución, botánica, zoología, microbiología, bioquímica, genética, etc. En cualquier caso, el anfitrión puede proponer un tema concreto sobre el que los participantes pueden escribir, dibujar, cantar o lo que tengan pensado.
  • Cada entrada publicada deberá indicar que participa en la n-Edición del Carnaval de Biología citando y enlazando al blog organizador. Tenéis dos posibles formas de avisar, directamente al blog anfitrión dejando un comentario en esta entrada o al twitter del carnaval @biocarnaval. (Nota del anfitrión: También me podéis poner en copia del tuit, @monzonete).
  • Cada organizador puede proponer mejoras y cambios para el biocarnaval.

Y para ir abriendo boca, os dejo con los resúmenes de las anteriores ediciones:

Desde aquí os animo a participar. ¡Espero vuestras aportaciones!

A continuación se irán añadiendo las contribuciones a medida que lleguen.
  1. Iones para la paz...interior en Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
  2. Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo 2013 en ZTFNews.
  3. 10 mentiras que han hecho al mundo enfermar y engordar en Las rutinas de Raven.
  4. Córvidos, superbacterias y huelga de recogida de basuras en Ser vivo.
  5. Solo sé que no sé nada en La rueda los Inventos.
  6. Las sustancias químicas que nos rodean en Blog de un bioquímico.
  7. Congratulations! Mención de honor para el Bioanálisis hecho en España en La Química en el siglo XXI.
  8. ¿Nuestros genes nos hacen únicos? en Afán por saber.
  9. Los probióticos, los prebióticos y el microbioma (1) en Indagando.es.
  10. Nuestros recursos son limitados en Consultoría y Educación Ambiental.
  11. El compostaje puede reducir el contenido de PCBs (policlorobifenilos) de un suelo contaminado en Compostando Ciencia.
  12. Esos pequeños astrónomos...los escarabajos en Vida y Estrellas.
  13. Baila tu Tesis 2013: ¡ya se conocen los vídeos ganadores! en ZTFNews.
  14. El origen bacteriano de la gastritis y el cáncer de estómago en Félix Moronta.
  15. Tu You-you, la descubridora de la artemisina en El podcast del microbio.
  16. Levaduras transgénicas contra la malaria en El podcast del microbio.
  17. Otto Heinrich Warburg y los pilares de la bioquímica en La Aventura de la Ciencia.
  18. De epigenética, alimentación, fobias e inteligencia en Experientia Docet.
  19. Carnaval de Blogs. 2ª parte. (Blogs de ciencias) en Divulgades.
  20. Un experimento de 25 años (1ª parte) en El podcast del microbio.
  21. Un experimento de 25 años (2ª parte) en El podcast del microbio.
  22. Chusques y ratadas en El neutrino.
  23. La leyenda de los pinzones de Darwin en La Ciencia de la Mula Francis.
  24. Robert Koch, fundador de la bacteriología moderna en ZTFNews.
  25. El origen de los Uruk-Hai o el día en que Sauron exterminó a sus Orcos con jasmonato para producir resveratrol en Scientia.
  26. Cocodrilos que cazan con cebo en El neutrino.
  27. Centenario del nacimiento de la botánica Alicia Lourteig en ZTFNews.
  28. Una nueva especie de tapir en El neutrino.
  29. Arquitectura de un virus del sida en Flagellum.
  30. Homeopatía: #NoSinEvidencia en La Química en el siglo XX
  31. Un jardín de letras en ZTFNews.
  32. Cuando lo natural funciona en Scientia.
  33. Carnaval de Blogs. 3ª parte. (Análisis de blogs de ciencia en Español) en Divulgades.
  34. Johannes Fibiger y sus nematodos cancerígenos, el Nobel que nunca debió ser en El microbiólogo.
  35. Edward Blyth, precursor de la teoría de la selección natural en ZTFNews.
  36. Guerra Mundial Z y el Espíritu de la Colmena en Tomates con genes.
  37. Dos mejor que tres: una poda en el árbol de la vida en Curiosidades de la Microbiología.



miércoles, 30 de octubre de 2013

Naukas Bilbao 2013: El huevo y la niña


Pocas conferencias en los últimos tiempos me han emocionado tanto como ésta que dio José Manuel López Nicolás, el gran @ScientiaJMLN, el pasado mes de septiembre en Bilbao durante el mayor evento de divulgación científica del año, Naukas 2013

La charla, en una primera aproximación, trata de la tesis doctoral que Jose realizó hace un par de décadas y cuya idea se aplica ahora en otra área completamente distinta con prometedores resultados. En concreto, una investigación que en su momento perseguía conseguir alimentos bajos en colesterol se está utilizando para intentar frenar una extraña enfermedad llamada Niemann-Pick tipo C que padece una niña murciana llamada Natalia, gracias a la lucha y el coraje de su madre.

Todos estos ingredientes, que ya de por sí tienen mucha miga, se convierten en las manos de Jose en algo único y especial. La charla es un canto a la investigación básica frente a la investigación aplicada ("la investigación aplicada jamás podría originarse sin investigación básica"). Una oda al trabajo multidisciplinar, que es "absolutamente fundamental". Una crítica a los tiempos que corren ("Ramón y Cajal se revolvería en su tumba si supiese lo que están haciendo con los contratos que llevan su nombre") no exenta de autocrítica ("hay cosas que los científicos no hemos hecho bien"). Todo ello salpicado por un puñado de frases demoledoras ("en ciencia no se invierte, en ciencia se gasta", "sólo existe un tipo de investigación, buena o mala", entre otras).

Una historia estremecedora con un final esperanzador, contado por una persona tan comprometida con la causa (en general, con cualquier causa que considere justa), que es capaz de hacer 2.000 kilómetros para documentarse y conocer, de primera mano, los detalles del tratamiento.

Enhorabuena, Jose. Y mucho ánimo a Natalia, a sus padres y a toda la familia.


martes, 22 de octubre de 2013

Caroline Herschel, la mujer que descubrió 560 estrellas

(Esta entrada se publicó primero en el número 5 de la revista Buk Magazin, que salió el pasado mes de septiembre y que puedes leer íntegramente online.)

Caroline Herschel, 1750-1848 (fuente)

El destino de Caroline Herschel parecía ya escrito al poco de nacer, el 16 de marzo de 1750, en la ciudad alemana de Hannover. Un ataque de viruela con solo tres años y otro de tifus a los diez frenaron su crecimiento y la dejaron marcada físicamente. Sin apenas posibilidades de casarse, su madre, una mujer rígida y severa, la educó para dedicarse a las labores del hogar y cuidar de sus hermanos. ¿Acaso una mujer como ella podía aspirar a otra cosa?

Por suerte, el padre de Caroline, músico de profesión, no pensaba lo mismo. Se las arregló para darle a su hija clases de música y enseñarle a leer el cielo nocturno, a escondidas de la madre. El tiempo acabaría dándole la razón.

Fue en 1772 cuando la suerte de Caroline empezó a cambiar. Su hermano William, un destacado organista y director de orquesta en la ciudad inglesa de Bath, le invitó a vivir con ella. Caroline no lo dudó y emigró a las Islas, escapando al fin del yugo materno.

William Herschel, 1738-1822 (fuente)

Justo por aquella época, William empezó a interesarse por la astronomía, una afición que fue creciendo con el tiempo. Durante el día se ganaba la vida como músico. Pero al caer la tarde dejaba de lado su profesión y se entregaba a su nueva pasión. Y todo ello con la inestimable ayuda de Caroline, tanto en las observaciones nocturnas como en la construcción del telescopio que usaba.

Y entonces, en 1782, la vida de los dos hermanos Herschel dio un vuelco. William descubrió un nuevo planeta, Urano, y el rey Jorge III, en agradecimiento, le nombró Astrónomo Real, con un salario de 200 libras al año. A partir de ese momento los dos hermanos abandonaron sus respectivas ocupaciones y se dedicaron por completo al estudio del firmamento. William era, sin duda, quien llevaba la voz cantante, pues manejaba los instrumentos y miraba por el telescopio. Pero la que preparaba las observaciones a diario, la que acumulaba los datos y realizaba los cálculos matemáticos era Caroline.

William y Caroline, trabajando codo con codo (fuente)

En 1786, Caroline tenía ya un pequeño observatorio de su propiedad, y podía mirar por el telescopio sin esperar a que su hermano estuviera de viaje. Ese mismo año encontró su primer cometa y, durante los años siguientes, descubrió otros siete más, así como otros muchos objetos celestes, tales como nebulosas, galaxias y cúmulos de estrellas. Incluso añadió 560 estrellas al famoso catálogo “Índice de observaciones de estrellas fijas”, realizado por el astrónomo británico John Flamsteed a principios del siglo XVIII.

A pesar de los prejuicios de la época hacia las mujeres, la reputación de Caroline fue creciendo y en la última parte de su vida se sucedieron los reconocimientos. En 1828 recibió la medalla de oro de la Royal Astronomical Society y, siete años más tarde, fue nombrada miembro honorario de esta sociedad. En 1838 fue nombrada miembro honorario de la Academia Real de Irlanda y en 1846 el rey Federico-Guillermo IV de Prusia le otorgó la Medalla de Oro de la Ciencia.

La anciana Caroline (fuente)

Murió el 9 de enero de 1848, cuando contaba con 97 años. En su tumba se puede leer el epitafio que la propia Caroline escribió: “Los ojos de ella, en la gloria, están vueltos hacia los cielos estrellados”.